MIGRACIÓN, DIGNIDAD Y DEMAGOGIA: LOS MUROS QUE SÍ NOS DEBEN PREOCUPAR
Oaxaca de Juárez, Oax., 12 de junio de 2025 — Ante las recientes protestas masivas en Los Ángeles, Nueva York, Chicago y decenas de ciudades en Estados Unidos, en rechazo a las nuevas medidas migratorias impulsadas por el expresidente Donald Trump y respaldadas por corrientes republicanas extremistas, el Delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Heliodoro Díaz, emitió un pronunciamiento firme, crítico y profundamente solidario con la comunidad migrante.
“Cuando una nación presume de ser la tierra de las libertades pero encierra niños en jaulas, el discurso se le cae como un muro de cartón mojado. No hay excusa moral, ni jurídica, ni política que justifique las medidas retrógradas que buscan criminalizar la pobreza, la migración y la esperanza”, sentenció Díaz.
El posicionamiento surge tras la reactivación de políticas de deportación expedita, vigilancia intensiva en comunidades latinas, y la intensión declarada de reinstaurar el programa “Quédate en México”, duramente criticado por organismos internacionales como la ONU, Human Rights Watch, Amnesty International y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
“Los verdaderos muros que deberían preocuparnos no son de acero ni de concreto. Son los muros del discurso de odio, de la ignorancia histórica y de la hipocresía institucional. Esos muros matan lentamente, mientras se aplaude de pie en congresos contaminados por la xenofobia”, ironizó el Delegado del CEN.
Díaz subrayó que más de 36 millones de personas de origen mexicano residen en los Estados Unidos, de las cuales al menos 11 millones son trabajadores indocumentados, según cifras del Pew Research Center y el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU.. “Son ellos quienes sostienen la economía agrícola, de la construcción, del cuidado y del servicio. Paradójicamente, los invisibles son los indispensables”, apuntó.
A nombre del Partido Revolucionario Institucional, Heliodoro Díaz exigió al Gobierno de México una postura más firme, diplomática pero sin tibiezas, frente a la violación sistemática de los derechos humanos de nuestros connacionales. “No se defiende la soberanía con discursos, sino con acciones contundentes y con una política exterior que tenga como prioridad la dignidad de su gente”, recalcó.
“A quienes hoy protestan en las calles de Los Ángeles, a quienes alzan su voz en Houston, en El Paso o en Washington, les decimos: no están solos. Su lucha también es nuestra. Y su dignidad, la dignidad de México.”
Concluyó haciendo un llamado a los partidos políticos mexicanos a dejar de lado los cálculos electorales frente a este tema:
“La migración no es una ficha de negociación ni una estadística electorera. Es una tragedia humana que merece empatía, estrategia y Estado. Lo que estamos viendo en Estados Unidos no es solo una política fallida, es un retroceso civilizatorio.”