Paulatinamente va quedando más claro que nuestro país cada día se parece menos al que era hace apenas dos años y, sin embargo, todavía dista del perfil que alcanzará México en tan sólo dos años más.
Hasta 2012 los mexicanos emprendimos el camino hacia el futuro; como todo en la vida individual y colectiva, la parte más difícil fue comenzar, despegar hasta alcanzar altura de crucero para después cobrar velocidad. Hemos superado apenas la primera etapa, la de las grandes transformaciones constitucionales y legales pues, absurdamente, hasta hace apenas unos meses, México enfrentaba con normas e instituciones del siglo XX, los desafíos del XXI.
Quienes integramos la actual generación de mexicanos estamos transformando a México. Si bien lo hemos conseguido con la participación de todos, hemos contado con un elemento que en la década anterior no tuvimos, y que ha resultado indispensable: el talante y el talento democráticos del presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
Dejando de lado las naturales y comprensibles filias y fobias, nadie podría negar la disposición a escuchar y dialogar, la proclividad a conceder la razón e incluir propuestas de otros, la voluntad de construir y colaborar, la audacia de comprometer y cumplir, el deseo de concretar y avanzar, en pocas palabras, el ejercicio del Poder Ejecutivo con convicción y visión de demócrata: La Presidencia democrática.
El que impulsó el presidente de la República en los pasados dos años, es el paquete reformista de la Constitución más ancho y de mayor hondura, aprobado y puesto en vigor en el menor plazo, desde 1917.
Y de ese intenso proceso reformista, ha emergido un Estado mexicano a imagen y semejanza de los mexicanos: Moderno, audaz, progresista, justo y solidario; es el proyecto nacional de México, de genética tricolor, porque es el que abandera el priísmo transformador, y que está cobrando vida al poner las reformas en acción.
Reformas que ya comienzan a fructificar en beneficios para las personas, como las más de 700 mil tabletas electrónicas entregadas a alumnos de sexto año de primaria en seis entidades del país, los más de 65 mil escuelas, hospitales y parques que ya cuentan con acceso a Internet de alta velocidad, los casi dos millones de personas que pueden adquirir productos básicos a precios preferenciales, y los más de tres millones más de personas que comen mejor en más de tres mil comedores instalados, los cerca de cinco millones de mujeres jefas de familia que ya han sido aseguradas, y los dos millones de adultos mayores de 65 años que reciben su pensión, son apenas el principio de las acciones de un gobierno que ya despliega un programa de infraestructura sin precedente.
Gobierno que siempre ha tenido presente el desafío de nuestra democracia: Mejorar la calidad de vida de todos, particularmente de quienes menos tienen y que, habiendo concretado las reformas legislativas, se dispone a transformar la vida de las personas, porque sabe que sólo así, habrá de transformar a México.
*Presidente del PRI
@CCQ_PRI